Emoción / Emotion: viene del latín “motere” – “mover”. Es así que D. Goleman, uno de los investigadores y autores más reconocidos en el campo de las emociones, las define como “impulsos para la acción”.
Aparecieron evolutivamente como un mecanimo más complejo o perfeccionado, que nos permitiera la supervivencia. ¿Cómo?
Cada emoción brinda una información específica y prepara al organismo para una respuesta también específica, adaptada al estímulo al que está respondiendo. Funcionan como “planes instantáneos” para enfrentarnos a las situaciones que la vida nos presenta, así las emociones son las responsables de que se generen cambios o respuestas fisiológicas en nuestro organismo y luego las respuestas en acciones específicas ante un estímulo cualquiera. Así por ejemplo,
Dentro de esa mirada, el miedo como tal es una emoción perfectamente natural y tiene una funcionalidad específica… mantenernos vivos. Más aún, ante la situación que venimos atravesando, es lo más normal y comprensible sentir el temor, no hay nada de malo en ello y también, y más importante, en su justa medida, puede ser un buen aliado.
Miro lo que ocurre en redes sociales y grupos este tiempo, donde proliferan todo tipo de consejos y recomendaciones, relacionadas con “controlar y evitar el miedo”, mantener una “alta vibración”, “enfocarnos en emociones positivas”, “no preocuparse y ocuparse”, entre otros. Entiendo que desde diferentes enfoques o filosofías, son los mejores esfuerzos de personas que honestamente quieren lo mejor para todos este tiempo y que lo superemos lo más pronto, con el mínimo de impacto, costos de diferentes tipos y consecuencias posibles. Sin embargo creo que también busca imponer una “obligación” de sentirnos bien, de enfocarnos en “lo positivo”, de encontrar sentido, cuando hay muchas personas que por más buena voluntad que le pongan, lo que está sucediendo y su propia historia personal y circunstancias, no les permiten o no saben cómo hacer eso que para otros es tan “simple”. Esta visión, representa también el imperativo de negar, eliminar o controlar esas emociones que son tan naturales este tiempo y cumplen una función también positiva.
Estoy convencida, por vivir en carne propia, el hecho de que cuando como adulto he podido reconocer el miedo, asumirme en él y buscar la información que tiene para mí, es decir, de qué me está tratando de advertir, he sido capaz de empezar a gestionarlo.
Entonces, ¿Una preocupación puede ser positiva, es decir, funcional? Pero por supuesto! Cuando me hace pensar en un riesgo o problema potencial, es decir, trae algo a mi mente de lo que debo o quiero ocuparme, para prevenir que sé que no quiero. De ahí, el siguiente paso, es justamente, “Pasar a la acción”.
Ejemplo No. 1:
Miedo: “Me asusta la situación económica, la crisis que se avecina y el saber qué pasará al terminar la cuarentena”.
Acciones que se derivan para hacerme cargo:
Vamos con otro,
Ejemplo No. 2:
Miedo: “Tengo miedo de enfermarme/contagiarme.
Acciones que se derivan para hacerme cargo:
La próxima vez que tenga miedo, una fórmula podría ser, preguntarme respecto de este miedo:
Para tomar las mejores decisiones posibles, mi función es investigar las mejores, expertas y más confiables fuentes disponibles, ya que es con base en información de buena calidad, que voy a estar más capacitado para tomar decisiones referentes a medidas de cuidado, prevención o correctivas, para hacerme cargo de las situaciones que se me presentan.
Cuando puedo mirar a mi miedo de frente y entender lo que me está tratando de advertir, y buscar las mejores acciones posibles para hacerme cargo de esas preocupaciones, ocupándome de mi, de mi salud, finanzas, autocuidado, de las medidas de protección de mis seres queridos, el miedo es mi aliado.
Por otro lado, el miedo mal gestionado, sin duda alguna puede ser un problema.
Resumido: La invitación o propuesta que te planteo con todo respeto sobre cualquier filosofía diferente, sería dejar de satanizar al miedo, asumir la información valiosa que tiene para tí, y ocuparte, tomando las acciones respectivas para cuidar de ti, de los tuyos y de todo aquello que para ti es importante en este tiempo.
Me encantará que me dejes saber tu opinión y si esta información te suma.
Un abrazo virtual,
Lorena A.